sábado, 5 de noviembre de 2011

Egipto: Mujer que Goberno como Hombre

Durante mucho tiempo la mujer vivió un periodo en el que era desechada por el simple hecho de ser una dama; esto no le permitía ejercer una función pública o de gobierno, a pesar de eso hubo mujeres que se enfrentaron a grandes retos y lograron su objetivo, una de ellas fue la reina hatshepsut, quien fue muy famosa y atractiva.


Los grandes logros arquitectónicos del antiguo egipto lograron grandes reconstrucciones como la pirámide escalonada del faraón Zoser en Saqqara; las súper fortaleza de Senusr en Nubia y luego el hipojeo de Hatshepsut, en Deir el Baharí; la ciudad de Tel amarna del faraón rebelde de Akenaton y el templo de Ramsés y el templo de Abu simbel .


Después de arduas luchas en Egipto llega a reinar Ahmose, él se dedicó a escavar con la influencias de distintos monarcas; cuyo poder amenazaba la unidad del país, reorganizo al país y borro las huellas de la ocupación asiática y fue en la dinastía XVIII donde reinaron grandes y poderosos faraones, se dice que era el tiempo del imperio rico y poderoso.
Todo no queda ahí pues surge otro faraón llamado Tuthmosis II quien al morir le concede el trono a su hijo Tuthmosis I.


En ese entonces Tuthmosis se casa , hatshepsut quien fue tratada como la primera esposa de su hermanastro thutmosis II, más joven que ella, enfermizo y débil. Su reinado fue breve: duró poco más de tres años. No obstante, había engendrado en una concubina llamada thutmosis un hijo varón al que también se le impondría el nombre de thutmosis, el tercer rey con ese nombre que vería la dinastía.


Cuando el rey thutmosis ii murió, la reina hatshepsut, se encontró con todo el poder entre sus manos. El sucesor varón de rey difunto era un niño de corta edad, thutmosis iii, y ella era la persona que más legitimidad poseía para ejercer el poder sobre el trono.


Hatshepsut, ayudada por dos importantes hombres de la corte, el gran arquitecto real sen-en-mut, y el visir del alto y del bajo egipto, y sumo sacerdote de amón, hapu-seneb, se hizo coronar como rey del alto y bajo egipto. Igualmente, se hizo representar con barba, atributo propio de los reyes y, principalmente, se hizo declarar hija carnal del dios amón, por tanto un ser de naturaleza divina, y diosa ella misma.


Para hatshepsut, sen-en-mut fue sin duda el sostén y el apoyo más importante en su ascensión hacía el trono de Egipto. El arquitecto sen-en-mut se dedicó en su totalidad a construir para su soberana el templo más maravilloso que existe en todo Egipto, el dyer-dysesu, en deir el bahari. Allí se albergaban los misterios del nacimiento divino de la reina, engendrada místicamente por Amón en el vientre de su madre, la reina ahmes-ta-sherit.


Haciendo uso de buenas estrategias la reina hatshepsut, se proclamó rey de Egipto por designación directa de su padre, el divino thutmosis I, transformándose en una nueva diosa hat-hor con rostro de mujer y orejas de vaca; durante quince años de reinado el país floreció bajo su majestad, se construyeron templos a lo largo del todo el valle del Nilo y se incrementaron las relaciones comerciales con preferencia a las actividades guerreras.


Sin embargo, una vez concluida la construcción del templo del deir el bahari parece que la princesa neferu-ra murió. Esta terrible pérdida trajo consigo el cambio de los planes tan largamente elaborados entre hatshepsut y sen-en-mut. hacía el año 22 el reinado conjunto con thutmosis III, todo parece indicar que es ahí donde la reina desapareció de escena, la causa de dicha desaparición podría haber sido su muerte.


Pero antes la reina hatshepsut ,elabora el obelisco que era un símbolo fálico es decir, miembro viril en memoria de los faraones hombres; el cual fue construido en el año 1.457 a. c. durante la xviii dinastía, es el segundo más grande de todos los antiguos obeliscos egipcios. Formado por una única pieza de granito rosa, tiene una altura de 28,58 metros y su peso es de 343 toneladas. Está ubicado en el gran templo de Amón, en karnak.


Aunque también los obeliscos son en su origen un homenaje al dios sol. Se consideraba al faraón hijo del sol y de la mujer que lo había dado a luz; la parte superior, de forma piramidal, podría representar los rayos del sol cayendo sobre la tierra, solía estar recubierto de oro, bronce o aleaciones de metales, para que brillara cuando la luz solar incidiera sobre ella, recibía el nombre de piramidión.


Los faraones erigieron sus propios obeliscos en homenaje a determinados acontecimientos. En cada una de las cuatro caras del monolito se esculpían inscripciones que ensalzaban al faraón; el obelisco también era símbolo de estabilidad y permanencia.

Para la construcción de dicho monumento se hizo uso de diferentes instrumentos entre ellos el bloque que tenía que que extraerlo de una u otra manera, se procedía a dar al obelisco la forma correspondiente mediante golpes con bolas de dolorita y se pulía con arena o roca triturada.
El traslado de la pareja de obeliscos de Hatshepsut, según se recoge en una inscripción que figura en su base, duró 7 meses. Un tiempo relativamente corto si se tiene en cuenta cómo se realizaba el transporte de los obeliscos. Una vez desprendidos los monolitos de la cantera, se colocaban en trineos de madera, que se arrastraban con cuerdas sobre pistas de desplazamiento y rampas. Para reducir la fricción, se iba echando lodo del Nilo sobre las pistas. Debido al peso y dimensiones del monolito, era necesario utilizar más de una embarcación para su traslado por el río. Se ponían en paralelo varias embarcaciones y sobre ellas se depositaba el obelisco.

Es así como esta mujer obro ejerciendo como hombre siendo una mujer hizo las funciones de un faraón para demostrar su grandeza y poder. Todo no queda ahí pues después de ella surgieron más faraones reinando Egipto.

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